Categoría: Administración

Con la realidad de la transformación digital cada vez más presente en las organizaciones, estamos viviendo un momento decisivo en la gestión de personas.

En el cual, cada vez más, el factor humano (el que realmente no se puede automatizar todavía) está en evidencia.

La digitalización, la agilidad y la mejora de los procesos previstos en la transformación digital provocan cambios estructurales en las empresas, que comienzan a actuar de una manera mucho más rápida, en la mayoría de los casos adoptando modelos de organización de equipos bastante diferentes a los tradicionales.

Si estamos insertos en un entorno que está constantemente en su “versión beta”, nosotros, los gerentes, debemos adaptarnos rápidamente a los cambios de comportamiento que promueve (y a menudo fomenta) en nuestros equipos de trabajo.

En este escenario, más que establecer estándares para medir la productividad o monitorear el desempeño, lo que es extremadamente necesarios, poner “causa” en una determinada acción pasa a ser el gran agente de transformación. Cuando revisamos estudios recientes que tratan sobre el compromiso, está claro que la forma en que hemos sido remunerados durante mucho tiempo ya no es el principal factor de permanencia en las organizaciones.

Escribiendo buenas historias …

Hoy, lo que alienta a los empleados a permanecer en las organizaciones, haciendo lo mejor cada día, son las historias que escriben en sus trayectorias. Todos queremos contar historias, buenas historias. Queremos tener la oportunidad de mostrar quiénes somos y distinguirnos. Siempre estamos buscando desafíos, descubrimientos y logros. Esto es lo que nos permite la sensación de autorrealización y realización en el trabajo, cuando nos damos cuenta de que estamos haciendo algo (hacer) que está conectado con nuestro interior (yo).

Por lo tanto, marcan una diferencia total en el universo actual en el que vivimos formas de gestión más flexibles, en el que los líderes funcionan como brújulas para sus equipos, comunicando constantemente cuál es el propósito (“norte”) y permitiendo y alentando a cada persona a encontrar y proponer el La mejor manera de llegar.

El compromiso, por lo tanto, no solo está relacionado con “qué” hacemos, sino también con “cómo” lo hacemos. Repartir responsabilidades, creer que las personas son igualmente importantes y que las habilidades individuales son una gran fuerza impulsora para obtener resultados más expresivos son factores definitivos para que cualquier organización funcione mejor, evolucione y retenga sus talentos.

¿Podrías decir, ahora, cómo está la caja de tu empresa? ¿Tiene una visibilidad completa de cómo está funcionando la gestión de cuentas por cobrar? Si responder estas preguntas parece un gran desafío para su negocio, sepa que esto está lejos de ser exclusivo de su organización. Después de todo, con operaciones cada vez más complejas, mantenerse al día con el flujo del área financiera de las empresas se ha convertido en una de las tareas más exigentes para la administración corporativa actual.

Pero ¿es posible cambiar este escenario? La respuesta es sí. Gracias al avance de la tecnología, ya es posible consultar desde cualquier lugar y en cualquier momento todos los datos principales de la gestión financiera de una operación, incluso en empresas con operaciones globales. Hoy en día, los sistemas más modernos permiten centralizar, en una única fuente de la verdad, todos los datos y recursos para la gestión de caja, análisis de facturación, verificación de cuentas y seguimiento de los estados de resultados de una organización, independientemente de dónde se encuentre.

Los beneficios de esta innovación son muchos. Por ejemplo: si su organización aún realiza todos los controles mediante hojas de cálculo, debe estar de acuerdo en que hacer todo manualmente lleva mucho tiempo, y no siempre es una tarea extremadamente confiable, ¿verdad? Es exactamente este tipo de problemas el que puede resolver la automatización inteligente de áreas financieras, ofreciendo más agilidad y confiabilidad.

Se trata de una ventaja competitiva real, ya que sin duda uno de los retos más habituales en la rutina actual de los equipos de gestión financiera y de pagos es agilizar la toma de decisiones. A medida que las operaciones están cada vez más segmentadas y descentralizadas, muchas empresas acaban adoptando varios programas y procesos trabajando por separado, lo que acaba generando una enorme cantidad de información aislada y sin una función estratégica.

Por ello, la mejora de herramientas y procesos debe ser vista como una demanda fundamental de los líderes corporativos, quienes deben ser conscientes de los constantes cambios en los modelos de negocio. Es necesario evolucionar y hacer que todo sea más rápido e inteligente.

Porque es un hecho que cuanto más tiempo usted y su equipo dediquen a verificar archivos y registros, menos tiempo queda para identificar riesgos, evaluar oportunidades y mitigar amenazas. Para las empresas ajustadas, como la mayoría de las empresas actuales, con equipos multitarea, no invertir en la modernización de la gestión financiera puede significar no solo poner la gestión financiera y los resultados organizacionales en constante tensión, sino también perder dinero y resultados operativos.

Al adoptar herramientas más modernas, especialmente las basadas en la nube y con herramientas de análisis de datos, los gestores obtienen el poder de evaluar los resultados y variables relacionadas con la gestión financiera de sus negocios, incluso en operaciones más complejas, sin perder visibilidad general sobre los datos de la organización. Esto asegura una mayor agilidad y asertividad al negocio, al tiempo que permite acelerar la identificación de estrategias más adecuadas.

Además, otra ventaja es que estos sistemas facilitan el trabajo de identificación y prevención de problemas, alertando a todas las áreas de la empresa. En síntesis, la evolución de las plataformas de gestión financiera está ofreciendo una nueva realidad para los líderes que quieren expandir el valor de sus operaciones a través de nuevas tecnologías.

A partir de una poderosa combinación de aplicaciones inteligentes, es mucho más fácil perfeccionar la generación de insights y análisis del mercado. Según una investigación de SAP, algunos de los mayores desarrolladores de sistemas de gestión corporativa en el mundo, las organizaciones que ya utilizan este tipo de solución están alcanzando metas expresivas, incluyendo una reducción del 167% en el tiempo de procesamiento de pagos y de aproximadamente un 40% en la cantidad de interacciones manuales. Esto, aún, sin hablar, de la posibilidad de generar informes financieros más completos en tiempo real, siempre que sea necesario.

Esto significa que la transformación digital no es solo en la línea de producción o en el área de ventas. La gestión financiera también tiene mucho que ganar con la innovación de la nueva era de la tecnología. Estas son las novedades que permitirán a las organizaciones tener la flexibilidad, visibilidad y consistencia que necesitan para el futuro.

Hoy en día, empresas de todos los tamaños y segmentos están ampliando sus oportunidades de éxito, evitando errores y disminuyendo los riesgos de gestión financiera. Todo de forma inteligente, automatizada y con una interfaz más sencilla, práctica y funcional. Es el momento, por tanto, de mirar el área financiera como un campo estratégico para su negocio, y esto sin duda comienza con la valorización de los datos, generando información inteligente a disposición de su equipo.

¿Cuáles son los criterios que definen a una empresa de éxito? Cualquiera que sea su respuesta, es muy posible que haya citado el lucro o la marca como elementos clave. Después de todo, estos son dos puntos vitales para cualquier negocio. Pero, en tiempos de transformación digital, alta competencia y cambios en los hábitos de los consumidores, es posible incluir un tercer factor: la eficiencia operativa.

En general, podemos decir que la eficiencia operativa es la capacidad que tiene una empresa para reducir sus costos sin comprometer la calidad y la entrega a sus clientes. De forma práctica, estamos hablando de cómo mejorar los procesos internos en busca de opciones más económicas y rentables, sin afectar el valor ofrecido en cada nuevo negocio.

Sin embargo, esto no significa que las empresas deban despedir a sus colaboradores en busca de mano de obra más barata o cambiar proveedores por insumos más económicos. No se trata de reducir costos sin razón. De hecho, el enfoque de la eficiencia operativa es precisamente encontrar los medios adecuados para maximizar los resultados. Por ejemplo: ¿alguna vez te has parado a pensar en cómo funciona el proceso de compra de tu empresa? ¿O cómo se hace la gestión financiera? La respuesta debe ser diferente para cada empresa, pero una opción sería sin duda agregar la automatización como mecanismo para agilizar las iniciativas y reducir los errores.

La tecnología, por cierto, juega un papel fundamental en esta búsqueda de la eficiencia operativa, principalmente porque representa cada vez más una oportunidad práctica para simplificar y optimizar el día a día de los equipos. Al adoptar herramientas más innovadoras, las organizaciones casi siempre pueden liberar el potencial de sus colaboradores para proponer soluciones y servicios que, de hecho, ayudarán a que la operación sea más rentable y reconocida por los clientes en el futuro.

En mi experiencia en el mercado, puedo decir que conocí varios ejemplos de empresas que lograron reducir costos y tiempos de producción en al menos un 30%, mediante el uso de tecnologías orientadas a mejorar la eficiencia de sus operaciones. Algunas marcas incluso han alcanzado niveles aún más altos con la transformación de sus rutinas. Lo que todas ellas tenían en común era el deseo de escuchar a las personas, mejorar las ofertas a los clientes y establecer un plan de negocio confiable y sólido a mediano y largo plazo.

Todo este escenario requiere, sin embargo, un largo período de mapeo, análisis y mejora de los más mínimos detalles de las empresas. Se aconseja a los líderes investigar los factores que, de alguna manera, impactan en el avance de las acciones y que reflejan la rentabilidad de los trabajos. También se recomienda encarecidamente invertir en la diversidad del equipo, los protocolos de gobierno y la mejora de la seguridad.

Entre otras cosas, es necesario evaluar qué acciones consumen más tiempo para los colaboradores, cuáles son los principales focos de errores y desperdicios, en qué etapas se podrían mejorar sus ventas, etc. Existe una gran posibilidad abierta para las empresas que buscan mejorar sus propias acciones, lo que invariablemente amplía las posibilidades de ganancias y la conquista de nuevas ventas.

El gran punto es, por lo tanto, repensar todas las acciones y procesos de una empresa, buscando opciones prácticas para mejorar el funcionamiento de la organización en su conjunto. Alcanzar metas a fin de mes no significa que ese sea el máximo a ser alcanzado por la empresa. Un plan para maximizar la eficiencia interna no debe basarse en logros rápidos, sino en ganancias duraderas. ¿Qué se puede hacer mejor para generar mejores rendimientos para la organización? Esta es la pregunta que los líderes de tecnología y negocios deben plantearse repetidamente.

Evidentemente, este trabajo de mejora debe realizarse de forma continua. La eficiencia operativa debe pensarse junto con una estrategia sólida de innovación y transformación. Identificar hacia dónde quiere ir la empresa es el primer paso para saber cómo mejorar un proceso interno y, por tanto, reforzar las ganancias.

Estamos en una era que obliga a las marcas a reinventar sus modelos de negocio. Los consumidores nos desafían a hacer algo nuevo todos los días. Por eso, actuar solo para alcanzar las cifras del mes ya no es la idea a perseguir. Es el momento de entender que se están produciendo cambios y que las empresas también deben evolucionar, encontrando las formas más adecuadas de diferenciarse en frente de la competencia y los consumidores.